Para mi sorpresa, han pasado dos años desde que empecé este programa, pero sin duda recuerdo el día en que tomé la primera clase. Fue una época difícil porque no había tenido ninguna experiencia estudiando asignaturas académicas en inglés. Me costaba entender las lecciones, hacer bien las tareas y expresar mis sentimientos en inglés.

Sin embargo, un día, al cabo de medio año, cambié de mentalidad. Los tiempos difíciles me trajeron experiencias maravillosas. Desde entonces, considero las dificultades como una buena experiencia. La clase de Historia Mundial, que fue mi último curso, fue mi mejor clase porque cambié yo mismo para dar mi opinión, que era lo más difícil. Y tuve la confianza necesaria para hacerlo.